El Gobierno argentino desiste de aumentar el impuesto a los vinos y espumantes

El Gobierno de Argentina desistió de la idea de aumentar los impuestos internos a la venta de vinos y espumantes como parte de un proyecto amplio de reforma tributaria que será enviado al Parlamento el próximo lunes.

Buenos Aires, 9 nov (EFE).- El Gobierno de Argentina desistió de la idea de aumentar los impuestos internos a la venta de vinos y espumantes como parte de un proyecto amplio de reforma tributaria que será enviado al Parlamento el próximo lunes.

"La reforma tributaria no incluirá el aumento de los impuestos internos al vino y a los espumantes", informó hoy la Presidencia argentina.

La decisión fue comunicada luego de que el presidente argentino, Mauricio Macri, se reuniera este jueves con el oficialista Alfredo Cornejo, gobernador de la provincia de Mendoza (oeste), la mayor productora vitivinícola de Argentina.

La semana pasada, el Gobierno de Macri había anunciado que proponía aumentar los impuestos a las bebidas alcohólicas como parte de una reforma tributaria que enviará al Congreso para su debate.

La propuesta generó reclamos de parte de la industria y de las provincias productoras de vinos.

"Por decisión del presidente Mauricio Macri no se incluirá en la reforma tributaria que propone el Gobierno nacional el aumento de los impuestos internos al vino y a los espumantes", indicó la Presidencia en un breve comunicado.

Tras el encuentro con Macri, Cornejo confirmó que fue el propio presidente quien le comunicó su decisión.

El gobernador, junto al sector vitivinícola y al ministro de Economía, Infraestructura y Energía de Mendoza, Martín Kerchner, mantuvo un encuentro este miércoles con el ministro de Producción argentino, Francisco Cabrera, a quien le plantearon "los fundamentos de porqué los vinos y espumantes no podían soportar un impuesto interno".

"Entendemos que hemos sido escuchados. Macri me ha confirmado que el impuesto al vino no va al Congreso, así que queda en 0%", dijo el gobernador en un comunicado.

Además del vitivinícola, otros sectores han puesto reparos a la reforma tributaria, como el azucarero, que resiste un aumento en el impuesto a las bebidas azucaradas, y los fabricantes de productos electrónicos, que temen que una rebaja impositiva en los productos importados afecte a la industria local.