La región colombiana de Antioquia se salta las montañas para ser más competitiva

Los habitantes del departamento colombiano de Antioquia crearon hace más de 200 años toda una cultura alrededor de las montañas que enmarcan su territorio, las mismas que ahora buscan salvar con un ambicioso plan de infraestructuras para agilizar su desarrollo económico.

Medellín (Colombia), 15 nov (EFE).- Los habitantes del departamento colombiano de Antioquia crearon hace más de 200 años toda una cultura alrededor de las montañas que enmarcan su territorio, las mismas que ahora buscan salvar con un ambicioso plan de infraestructuras para agilizar su desarrollo económico.

Ubicada en el noroeste de Colombia, Antioquia es una región escarpada cuyos pueblos y ciudades crecieron y se desarrollaron a lomo de mula, animal que desde el siglo XVIII es utilizado, y lo sigue siendo, para transportar mercancías por caminos difíciles, lo que dio origen a la cultura de los arrieros, un patrimonio que se mantiene vivo.

Sin embargo, para ser más competitivos en el mundo globalizado, los antioqueños, caracterizados por su pujanza, diseñaron un conjunto de obras de infraestructura para el periodo 2016-2030 que requerirán una inversión de 40 billones de pesos (unos 13.265 millones de dólares) de capital público y privado que equivale a dos veces y media lo que costó la ampliación del Canal de Panamá.

"Hay confianza en Antioquia y eso es lo que hace que los inversionistas estén trayendo recursos", dijo el gobernador de ese departamento, Luis Pérez Gutiérrez, al intervenir en el Foro Económico Sectorial de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) celebrado la semana pasada en Medellín.

Las obras incluyen la construcción de túneles, viaductos y autopistas para mejorar la movilidad en los 23 municipios que circundan por el este a Medellín, la capital, así como la ampliación y modernización del aeropuerto internacional José María Córdova, situado en Rionegro, pueblo del oriente antioqueño.

Otro frente de transformación es el Urabá, rica región agroindustrial y mayor productora de banano del país, que durante décadas estuvo estancada por la violencia del conflicto armado pero que por su posición geográfica, con un golfo sobre el mar Caribe, muy cerca de la frontera con Panamá, puede convertirse en un polo para el comercio internacional.

En Urabá será construido un sistema portuario con tres terminales, el primero de los cuales, el de Pisisí, en la localidad de Turbo, 370 kilómetros al noroeste de Medellín, será el único automatizado y multipropósito de Colombia.

Otro es el de Puerto Antioquia, también en Turbo, y un tercero será Puerto Darién, en la vecina localidad de Necoclí, que cuando estén terminados ampliarán la oferta portuaria de Colombia en el Caribe, concentrada en las terminales de Barranquilla, Santa Marta y Cartagena.

"Los antioqueños fuimos capaces de desarrollar la montaña y ya es hora de desarrollar el mar", aseguró el gobernador Pérez.

Llegar de Medellín a Urabá por tierra es toda una odisea que implica bajar de las escarpadas montañas hasta el mar, por lo cual el plan incluye la construcción de dos autopistas y del Túnel del Toyo, que con sus 9,8 kilómetros será el más largo de Colombia, obra que ejecuta el Gobierno Nacional como parte del programa Autopistas de la Prosperidad.

"El del Toyo es una sucesión de túneles que reducirá el tiempo de viaje entre Medellín y Urabá de las seis horas que se tarda actualmente a tres", dijo a periodistas el presidente de la Sociedad Antioqueña de Ingenieros y Arquitectos (SAI), Martín Alonso Pérez.

Según Pérez, ninguna de las grandes obras de ingeniería que se construyen en Antioquia está metida "en los problemas de corrupción de Odebrecht", la constructora brasileña implicada en escándalos en Colombia y otros países latinoamericanos, lo que ya es una ventaja.

Otra de las grandes obras de este plan es el Túnel de Oriente, que hace parte de una conexión vial de 24 kilómetros entre los valles de Aburrá y de San Nicolás, que reducirá de 45 a 18 minutos el viaje entre Medellín y el aeropuerto José María Córdova.

La obra incluye dos túneles, el de Santa Elena, de 8,2 kilómetros de longitud, y el del Seminario, de 800 metros, así como varios viaductos.

La perforación del Túnel de Oriente debe terminar en tres meses y la primera calzada debe entrar en operación en diciembre de 2018, explicó Pérez sobre este proyecto que tiene una inversión total de 921.000 millones de pesos (unos 306 millones de dólares).

"En Antioquia el único camino que tenemos son los túneles y viaductos por la topografía tan arrugada que tenemos", dijo el presidente de la SAI, quien aseguró que con esta obra y la ampliación del aeropuerto, sumado a la llegada de nuevas aerolíneas, entre ellas Iberia, se ampliará la capacidad de esa terminal por la cual circulan actualmente ocho millones de pasajeros anuales.

Jaime Ortega Carrascal